
Marcolino ha sido siempre sinónimo de unión. Y hoy Marcolino nos convida nuevamente a todos. Quiero enviar un saludo especial a toda la familia Pineda (en especial a mi Mamá) y por medio de esta nota quiero que sepan que aunque no puedo estar fisicamente con ustedes, siento la partida de mi abuelito de igual forma. Como otro de sus nietos, los recuerdos de mi abuelo siempre seran los mejores y los mas dulces.
Largas tardes de domingo en la casa del Quiroga, compartiendo con toda la familia, tomando onces y a mi abuelo escuchando su futbol recostado en su cama, chequeando la hora en su reloj de bolsillo y saliendo a caminar por el pan por ordenes mayores. Como no acordarse de su presencia en nuestras primeras comuniones, grados, y fiestas de cumpleaños en su gabardina de McKey. Ni hablar de paseos a Honda, mi abuelito siempre estuvo muy orgulloso de lo logrado por la familia y del numero de carros parqueado al frente de su casa. Estoy seguro de que ese orgullo no lo perdió en ningun instante mientras estuvo aqui con nosotros. Ademas tuve la fortuna de escuchar de mi abuelito despues de unos aguardientes una frase que jamas olvidaré “…agarrese Catalina que nos vamos p’al vallao…”
Damos un adios hoy a un pilar de la famila, la base fundamental que permitió construir lo que somos, hemos logrado, tenemos y todo lo que tenemos por hacer. No podemos mirar hacia adelante sin detenernos hoy y reconocer el esfuerzo, la lucha y las mil batallas vencidas por mi abuelito. Gracias Marcolino por nunca dar un paso atrás.
Marcolino se reune hoy con mi Abuelita, y estoy seguro que desde el Cielo ambos nos seguiran proporcionando bendiciones para el bienestar de todos y por seguir cultivando la unión familiar que nos inculcaron todos los dias de sus vidas.
Aldo Ortiz Pineda
Mayo 2009
Houston, Texas
Largas tardes de domingo en la casa del Quiroga, compartiendo con toda la familia, tomando onces y a mi abuelo escuchando su futbol recostado en su cama, chequeando la hora en su reloj de bolsillo y saliendo a caminar por el pan por ordenes mayores. Como no acordarse de su presencia en nuestras primeras comuniones, grados, y fiestas de cumpleaños en su gabardina de McKey. Ni hablar de paseos a Honda, mi abuelito siempre estuvo muy orgulloso de lo logrado por la familia y del numero de carros parqueado al frente de su casa. Estoy seguro de que ese orgullo no lo perdió en ningun instante mientras estuvo aqui con nosotros. Ademas tuve la fortuna de escuchar de mi abuelito despues de unos aguardientes una frase que jamas olvidaré “…agarrese Catalina que nos vamos p’al vallao…”
Damos un adios hoy a un pilar de la famila, la base fundamental que permitió construir lo que somos, hemos logrado, tenemos y todo lo que tenemos por hacer. No podemos mirar hacia adelante sin detenernos hoy y reconocer el esfuerzo, la lucha y las mil batallas vencidas por mi abuelito. Gracias Marcolino por nunca dar un paso atrás.
Marcolino se reune hoy con mi Abuelita, y estoy seguro que desde el Cielo ambos nos seguiran proporcionando bendiciones para el bienestar de todos y por seguir cultivando la unión familiar que nos inculcaron todos los dias de sus vidas.
Aldo Ortiz Pineda
Mayo 2009
Houston, Texas